José Macías rememoró ayer las vivencias de los casi 60 años de vida de un centro que atrajo a miles de alumnos de todo el país.
Antiguos alumnos homenajean al fundador del colegio San José de Campillos
«¡Te voy a mandar interno a Campillos!» Era una de las frases más amenazadoras que podía dedicar un padre a su hijo hace algunos años. Lo que, a priori, se entendía por parte del joven como un castigo, de cumplirse, terminaba siendo, en la mayoría de los casos, casi una bendición.
Y es que la popularidad del colegio San José de Campillos en España no es fruto de la casualidad. Su forma de trabajar, basada en la responsabilidad y la disciplina, fascinó a muchos desde su apertura en el año 1952. Desde entonces, miles de familias, de todos los puntos del país, se interesaron porque sus hijos cursaran allí sus estudios y enderezaran su rumbo en la vida.
El éxito en su manera de enseñar fue tal que la lista de espera para entrar en el San José llegó a contar con varios centenares de alumnos. Y, a diferencia de lo que se cree, no solo los más rebeldes terminaban allí, ya que que muchos de sus colegiales demostraron años después su tremenda valía profesional.
Así, personalidades destacadas en la sociedad española de hoy en día pasaron su juventud en el San José. El juez de menores Emilio Calatayud, el presentador Bertín Osborne o el periodista Matías Prats son solo algunos ejemplos de ello.
Su creación se debió al espíritu emprendedor y educativo de José Macías, que junto a sus hermanos Juan, Eloy y Ricardo decidieron en los años 50 levantar el internado más popular del país en el siglo XX. Como ayer reveló el protagonista «nos metimos en el internado con unas 50.000 pesetas con un ambiente hostil y con unas autoridades que no reconocieron lo que íbamos a hacer».
El secreto del éxito del sistema ideado por José Macías se basó en una evaluación continua, con notas semanales y exigencia de un mínimo de asignaturas aprobadas. El no alcanzar dicho mínimo se traducía en castigos consistentes en quedarse todo el fin de semana en el colegio estudiando para recuperar las asignaturas suspendidas. Ello unido a una estricta disciplina y a un exhaustivo seguimiento de la evolución del alumno por parte de sus profesores hacían que el éxito prevaleciera en alumnos con amplio historial académico de fracasos.
Y, desde entonces, hasta hoy. Eso sí, como muchísimas dificultades por el camino. A lo largo de este tiempo, el San José, que comenzó con dos internados en la calle Real y San Sebastián, ha tenido dos centros. El colegio viejo, cuya primera piedra se colocó el 1 de mayo de 1963, fue sustituido décadas más tarde por el actual, que cuenta con unas modernas instalaciones y que todavía funciona como internado.
Ayer unas 500 personas entre antiguos alumnos, profesores y personal no docente que pasó por el centro rindieron un cálido homenaje la figura clave del San José.
(Diario Sur, 6-6-2011).
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A pesar de la disciplina tan exigente, guardo un grato recuerdo del Colegio. Don José nunca tuvo que darme una torta, pero en una ocasión me dijo que “desde luego no eres una cándida paloma de la Plaza de San Marcos de Venecia”. Un buen porcentaje de lo que soy y he sido se lo debo al Colegio. No he tenido conocimiento del homenaje a Don José y me hubiera gustado mucho haber estado. En la 1ª reunión de antiguos alumnos, sí pude estar. Considero que haber sido “un campillero”, sobre todo en los años 60y 70, ha sido un honor. ¿Podría visitar a Don José y darle un abrazo?
Entre con 9 años en la calle san sebastian y el centro de enseñanza en la calle real.Estuve el bachiller y preuniversitario.He sido Delegado de agricultura y medio ambiente en Toledo.Estuve desde el curso 57_58.Doy de Jimena de la Frontera
Soy de Cordoba.
Estuve en el Colegio San José 3 cursos, desde septiembre de 1983 hasta junio de 1986.
Estuve en 2º,3º de BUP y en COU.
Tengo buenos recuerdos, entre ellos al del director actual D. Manuel Rodriguez, me dio Historia en 3º de BUP e Historia del arte en COU.
Un abrazo a todos
Tiene usted razon. Aparte de que en estos colegios la educacion es excelente, por no decir superior, vivimos en un mundo en el cual las relaciones hacen la diferencia. Por mas cutre que sea un famosillo, puede abrir muchas puertas.
Mis recuerdos son como empezaron los Hermanos Macía con José a la cabeza, en su propio domicilio C/ Puerta Teba, allí en una amplia mesa de su casa impartía clase. Fue el padre de ellos quien hizo que entrara en la enseñanza particular que ellos daban, no sé si estaban autorizados a impartirla,porque poco se habla de aquellos inicios, fue donde ya se dieron a conocer porque su domicilio se había quedado pequeño en la C/Real, allí en una gran casa con dos plantas y grandes habitaciones, donde recurrió a los hermanos Eloy y Juan junto también a la contratación de otros profesores. Mi paso por los Macía ahí terminó en la calle Real, mis padres se fueron a la Vascongada. Una de las cosas que recuerdo fue como su padre hablaba de su hijo (Jose) con los míos, ya que lo teníamos muy cerca al ser guarda de la Fabrica de Harina que estaba frente a nuestra casa en C/ Alta o (calle la Sangre)´él antes de ser guarda, fue guardia civil y retirado se colocó en la Harinera. De mi poco tiempo en la enseñanza con ellos tengo recuerdos del buen hacer de ellos y confirmado por profesores en la escuela de las Vascongadas, “un poco sorprendido por el nivel que llevaba de Campillos y aunque algunas reprimendas tuve”, el resultado final fue de una buena enseñanza por los MACÍAS.
Yo estuve en 1979 en el internado más duro de España. Allí aprendí por vez primera lo que era el compañerismo, la complicidad y verdadera amistad. Posteriormente cuando hice la mili como voluntario en 1986 no me pilló de sorpresa. Esos valores hoy en día ya no existen entre la juventud actual.