Hay que reseñar que la docencia no tiene sólo como finalidad la mera transmisión de conocimientos, sino que debe atender actitudes, normas y valores. Tiene pues por objeto el desarrollo personal de los alumnos, lo que nos implica en el ejercicio de múltiples funciones.

Nuestra meta está enfocada a formar al alumnado, a que sepa tomar decisiones por sí mismo, a lograr que su personalidad se desarrolle equilibradamente a través de la experiencia, a que aprenda a adaptarse a las diversas complejidades de la vida y a conducirle al desarrollo de hábitos, intereses, comportamientos y valores que le ayuden a conseguir una identidad personal sana e integrada.

Pretendemos que cada alumno/a asuma sus capacidades, estimulándole aquellas en que carece de habilidades o aptitudes; persuadiéndole, a la vez, de que con voluntad, dedicación y constancia en el trabajo puede conseguir los fines propuestos. No cabe la menor duda de que los padres y los enseñantes somos los guías en esta difícil y gratificante tarea.

Así mismo, la convivencia del día a día con sus iguales, insistiendo en el respeto a las normas establecidas, va a facilitarle su madurez personal abocándole a sentirse responsable de sus actos, a obrar generosa y solidariamente y a comprender la problemática y vicisitudes que puedan presentarse en otros sujetos de manera que su sentido crítico le ayude a valorarse.

Es nuestro afán hacer de nuestro alumnado hombres y mujeres competentes y actualizados que comprendan la realidad del mundo social, la competitividad laboral que les espera, sin perder nunca el rumbo de los principios de libertad, cooperación, respeto y dignidad.