El “Colegio San José de Campillos”, es un Centro Educativo homologado, privado, no subvencionado; especializado y enfocado a la enseñanza en Educación Obligatoria y Bachillerato desde 1952
El Colegio San José de Campillos mantiene la premisa de considerar al alumno como prioridad absoluta y eje central de la Comunidad Educativa, así como la necesidad de establecer relaciones fluidas con los padres y madres para facilitar la conexión entre el Centro y las familias, y llevar a buen puerto la labor que exige el proceso enseñanza-aprendizaje. Nuestra Institución pretende que el alumno conecte con los conocimientos, la comprensión y la valoración de los mismos, de manera que pueda modificar actitudes o malos hábitos adquiridos y potencie aptitudes que abran paso a la dinámica y a la acción. Asimismo ayuden a interpretar de forma precisa todo este proceso, constituyendo así el medio y la meta de su proyección futura:“desarrollo y autonomía”. Procuramos infundir en el alumno la sensación vivida de satisfacción y de orgullo por todo cuanto hace dentro de un clima favorable, mediante sus ideas, su actividad y su protagonismo, de tal manera que el aprendizaje se convierta en una experiencia enriquecedora y valiosa para todos.
Nuestro Colegio reconoce el derecho que tienen los padres a elegir libremente el modelo educativo de sus hijos para que en un futuro, con esa educación, sean hombres y mujeres más libres y responsables, es decir, personas en quienes los valores humanos sean la base de sus respectivos comportamientos. Perseveramos en una educación moral laica, además de darles una formación integral con valores en la democracia, tolerancia y diversidad cultural. Queremos que, cuando nuestro alumnado termine su educación en nuestro Centro, lleve una formación humanista, resultante de la suma de las aportaciones de sus padres y de nuestros profesores. Con ello lograremos mejores personas y encauzarles plenamente hacia el futuro de sus vidas.
Sabemos que nuestro Colegio tiene fama de ser “exigente”, e incluso se usa el vocablo de “duro”, y nos sentimos orgullosos de ello. Exigente porque seguimos enseñando en valores, en clases donde se puede trabajar y aprender, y no en lugares de anarquía por falta de autoridad. Entendemos que cuando no se rinde en el trabajo diario, no hay recompensa. No obstante, la dedicación al estudio y el cumplimiento de las normas han de ser premiados con felicitaciones, elogios, reconocimientos, privilegios, disfrutes de fines de semana, siguiendo lo expuesto en el apartado de Metodología. Queremos ser exigentes porque no son facilidades lo que les espera a nuestros hijos en el trabajo y en las relaciones sociales. Si exigencia es ser rigurosos en el estudio, en la disciplina y en la calidad de enseñanza…, a ustedes toca determinar qué es lo conveniente para sus hijos.